Siguiendo con el ánimo de difusión de los tesoros que la Madre Naturaleza pone a nuestra disposición de forma tan altruista, tan sólo tenemos que abrir los ojos y la mente, hoy os traigo un extracto de un libro que me ha gustado y espero que a vosotros también.
Se trata de "El Gran Libro de los Chakras" y sus autores son Shaila Sharamon y Bodo J. Baginski. Editorial EDAF.
Si os interesa comprarlo, aquí tenéis un enlace.
El libro en su totalidad es magnífico, pero quisiera citar una pequeña parte del mismo dedicado a la Gemoterapia.
"En
todas las culturas superiores conocidas, las piedras preciosas no han sido
estimadas sólo por su belleza, sino ante todo por sus poderes curativos y
armonizadores. Las piedras preciosas han crecido a lo largo de millones de años
en el seno e la tierra, han pasado en la más absoluta oscuridad por un proceso
de refinamiento, depuración y purificación, hasta que en su forma definitiva
han sido descubiertas y sacadas a la luz por el hombre.
Las
piedras preciosas son particularmente idóneas para la terapia de los chakras.
Creados a partir de los elementos de nuestro planeta madre, nos unen con la
fuerza protectora, fortalecedora y nutritiva de la tierra. En su radiante
belleza son portadoras de la luz en sus colores naturales más puros, y transmisores
de energías y cualidades cósmicas.
Atraen
a las fuerzas del cielo y la tierra, las canalizan y las irradian al mundo.
Mediante sus estructuras cristalinas, contienen además principios ordenadores
que nos unen retroactivamente con el orden cósmico, y tener un efecto
armonizador sobre el cuerpo y el alma.
Si
llevas o colocas encima tuyo una piedra preciosa, surgirá en ti una sutil
resonancia de vibraciones. Las fuerzas y cualidades universales que continúan
descansando en ti o que están bloqueadas, volcadas o distorsionadas, responden
a la vibración de las piedras preciosas. Estas fuerzas se despiertan y reavivan
en su forma original.
Para
una terapia de los chakras deberías utilizar piedras preciosas de la mejor
calidad. Cuanto más trasparentes sean las piedras y más pura sea su estructura,
tanto más transparente y pura es también la energía que irradian y que insuflan
en ti.
Antes
de su aplicación, las piedras preciosas deben purificarse energéticamente,
puesto que no sólo te transmiten energía a ti, sino que también captan
sustancias perjudiciales del cuerpo o vibraciones negativas del cuerpo etérico
o del entorno. De esta forma te purifican y te protegen. Algunas piedras, al
hacerlo, se tiñen o se agrietan. Si es así, no deben seguirse utilizando. En
tal caso, puedes devolverlas a la tierra, enterrándolas en ella. Al cabo de
algún tiempo, observa tranquilamente si se han recuperado y han recuperado su
color y transparencia originales.
Para
depurar energéticamente las piedras preciosas puedes utilizar agua y sal
marina. Para una depuración breve es suficiente que las mantengas uno o dos
minutos bajo el agua del grifo, y que después las seques bien con un paño de
fibras naturales limpio. Las vibraciones purificadoras del agua arrastran las
cargas negativas de la piedra.
Para
una limpieza en profundidad deja las piedras varias horas en agua corriente. Lo
más idóneo para ello es un arroyo de aguas naturales y cristalinas. El agua
corriente del grifo también sirve en caso de emergencia.
Otra
posibilidad es colocar durante la noche las piedras preciosas en agua con sal
marina pura, o también guardarlas en sal marina seca. En este último caso deben
estar rodeadas de sal. La sal no debe utilizarse posteriormente. Lo mejor es
que a continuación la devuelvas a la energía purificadora de la tierra. Después
de la depuración puedes cargar energéticamente las piedras, exponiéndolas
durante algunas horas a la luz del sol.
La
depuración y la carga deben repetirse de cuando en cuando en caso de que las
piedras preciosas se utilicen con frecuencia. La mayoría de las veces notarás
cuándo necesitan un tratamiento así. En caso de una enfermedad, es aconsejable
mantenerlas bajo el agua del grifo unos instantes después de cada aplicación.
Cuando compres o te regalen las piedras preciosas, probablemente tendrán a sus
espaldas un largo viaje en el que habrán absorbido toda clase de vibraciones
extrañas. Por eso es bueno que las limpies en profundidad antes de su primera
aplicación, y que las recargues, si es posible con energía solar. Después están
listas para transmitirte sus energías de la mejor manera posible.
Tal
y como hemos descrito en los capítulos sobre los chakras, cada uno de ellos
tiene asignadas varias piedras preciosas Para el tratamiento con piedras
preciosas, selecciona aquella piedra cuyas propiedades específicas consideras
que serán más provechosas para ti. Pero también puedes limitarte a seguir tu
intuición y elegir una piedra que te atraiga especialmente, pues podría ser que
no siempre tengas conciencia de la energía que te falta en un momento
determinado. Naturalmente, también puedes coger piedras que no hayamos descrito
aquí.
Preocúpate
de que no te molesten durante aproximadamente 30 minutos, y escoge un lugar en
el que puedas tumbarte cómodamente. Puedes apoyar la gemoterapia mediante
sonidos y aromas (tal como hemos descrito en los capítulos correspondientes).
Túmbate de espaldas y estira las piernas manteniéndolas separadas.
A
continuación, coloca las piedras preciosas sobre cada uno de los chakras. El
mejor efecto se consigue cuando se colocan directamente sobre la piel desnuda.
La piedra para el chakra radical puedes colocarla en el vértice donde se juntan
las piernas o directamente en el perineo. Con un calzoncillo ajustado harás que
se quede fija. La piedra que hayas elegido para el chakra sacro colócala justo
en el límite del vello púbico.
A
continuación coloca la piedra para el centro del plexo solar, aproximadamente a
dos dedos por encima del ombligo. La piedra preciosa para el chakra cordial debe
estar a la altura del corazón en medio del pecho; si quieres, aquí puedes
colocar una piedra verde o rosa roja. También para el chakra del cuello puedes
utilizar dos piedras, siempre que intuyas que será correcto en tu caso. Si es
así, coloca la primera en la oquedad de debajo de la nuez y la segunda en la
nuca. La piedra para el tercer ojo se coloca entre las cejas, por encima de la
base de la nariz. Finalmente, coloca la piedra preciosa para el chakra coronal
directamente sobre tu cabeza: en caso de que tuviera una punta natural, ésta
debería estar dirigida hacia tu cabeza.
En
cuanto hayas colocado las piedras preciosas en su lugar, vuelve a extender los
brazos hacia fuera, relajado, cierra los ojos y contempla interiormente como
las energías fluyen hacia ti. Las piedras preciosas ejercen su efecto por sí
solas. No es necesario apoyar su efecto mediante las visualizaciones, las
afirmaciones o métodos semejantes. Sencillamente, libera tus expectativas e
ideas y confía en que todas las experiencias, imágenes y sentimientos que te
vengan sean correctos y necesarios para guiarte a una sanación interior. No
analices ni enjuicies tus vivencias durante la terapia con piedras preciosas.
La fuerza de las piedras preciosas despierta en ti las fuerzas de autocuración
naturales, y esa fuerza sabe cómo puede transportarte hasta la totalidad.
Confíate a su guía y acepta las reacciones curativas y los procesos de
purificación y concienciación que se produzcan en ti. No relegues ni reprimas
ninguna de tus sensaciones, pero tampoco las fuerces. Tu entendimiento racional
limitado no puede hacerlo mejor que el efecto que causa en ti la fuerza
curativa natural. Ella encuentra el mejor camino.
Si
tienes la sensación de que un chakra determinado necesita especialmente mucha
energía o una purificación y armonización a fondo especiales, puedes apoyar el
efecto de la piedra preciosa correspondiente mediante cristales de roca. Coloca
algunos cristales en torno a la piedra preciosa, de forma que sus puntas se
dirijan hacia la piedra. Naturalmente, de esta forma también puedes aportar
energías potenciadas a más de un chakra.
Es
posible intensificar más el efecto si sostienes en tu mano dos puntas de
cristal de roca, con lo cual también incorporarás a la gemoterapia los chakras
de la mano. El cristal de la mano derecha debería apuntar hacia fuera del
brazo, mientras que el cristal de la mano izquierda debe orientarse con la
punta dirigida hacia el brazo. De esta forma surgirá una constante circulación
de la energía: la mano derecha la irradia y la mano izquierda la absorbe.
Puedes
evocar una vivencia maravillosamente profunda e intensa con piedras preciosas
si añades otras seis puntas de cristal de roca y unas varillas de turmalina
negra. La turmalina negra actúa como un pararrayos con las energías negativas.
Coloca los cristales de roca en torno a tu cuerpo con las puntas dirigidas
hacia el mismo: la primera, aproximadamente a 10 centímetros, por encima de la
cabeza; una o dos más debajo de los pies, y el resto a ambos lados del cuerpo.
Después, coloca las varillas de turmalina entre las puntas de cristal de roca
Si las varillas tienen un extremo natural, éste debe orientarse alejándose del
cuerpo.
Ahora
estás rodeado de un círculo de luz radiante de cristal de roca: las vibraciones
negativas procedentes del entorno serán rechazadas, y al mismo tiempo serán
desviadas por tu propia aura. Estar tumbado en una corona de luz tan
protectora, vivificadora y purificadora es una maravillosa y profunda
experiencia. Dado que puede tener efectos muy intensos, no deberías aplicar
esta forma de terapia con piedras preciosas con demasiada frecuencia.
Otra
posibilidad de efectuar un tratamiento con piedras preciosas consiste en
utilizar sólo cristales de roca para todos los chakras. El cristal de roca, con
su luz pura y blanca, contiene el potencial energético de los siete colores del
espectro. Cada rayo de un color se corresponde con un chakra. De esta forma el
cristal de roca está en condiciones de estimular todos los chakras y de
armonizar el sistema energético entero.
Puedes
colocar los cristales de roca de forma que sus puntas se dirijan hacia el
corazón. Sobre el chakra cordial puedes colocar dos cristales: uno con la punta
dirigida hacia la cabeza y el otro en sentido opuesto. De esta forma toda la
energía fluye hacia el centro del sistema de chakras, hacia el corazón, y desde
allí será irradiado nuevamente. Esta forma de colocación es una propuesta
nuestra. También puedes utilizar otros sistemas; y si te resultan positivos,
también puedes utilizar cristales de roca pulidos o tallados.
En
general, el tratamiento con piedras preciosas no debería dilatarse más de 20
minutos. A veces, 5 minutos pueden ser suficientes. Cuando hayas retirado las
piedras del cuerpo es bueno quedarse tumbado otros cinco minutos con los ojos
cerrados, y dejar que las experiencias vayan apagándose paulatinamente.
Naturalmente, también puedes incorporar las vibraciones de las piedras
preciosas a tu vida diaria llevándolas como joya o en el bolsillo. En tal caso,
elige una o varias piedras con cuyas cualidades quisieras unirte. En ocasiones,
una de estas piedras se convertirá en un compañero inseparable. También puedes
colocar una o varias piedras preciosas en aquellos lugares en los que
permanezcas habitualmente.
En
el capítulo titulado «Cromoterapias» ya hemos expuesto una forma muy especial
de aplicar las piedras preciosas mediante un radiador especial. Además de este
aparato, el gemólogo que hemos nombrado, Joachim Roller, ha desarrollado un
bálsamo de piedras preciosas especial para cada chakra que contiene auténtico
polvo de piedras preciosas. Se aplica en la zona del chakra correspondiente y
tiene un efecto curativo, activador y protector.
Para
concluir este capítulo, quisiéramos darte aún algunas indicaciones generales
sobre el manejo de las piedras preciosas: el cuerpo exterior de éstas es
portado por un ser interior siempre que dedicas tu amorosa atención a un ser te
abres a los dones que tiene para obsequiarte. Lo dicho es aplicable tanto al
hombre como a los animales, a las plantas tanto como a los seres del reino
mineral. Por esta razón, trata con amo y
respeto las piedras, agradéceles sus servicios y guárdalas en un lugar
donde siempre puedan regocijar tu ojo y tu corazón."
Espero que os haya gustado e iluminado tanto como a mi.
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